COMUNICADO DE PRENSA 

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27 de junio de 2025

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Chicago, IL – La decisión anunciada hoy por el Departamento de Seguridad Nacional de poner fin al Estatus de Protección Temporal (TPS) para Haití, con efecto a partir del 2 de septiembre de 2025, es una medida profundamente preocupante que ignora el deterioro continuo de las condiciones en el país y socava décadas de políticas humanitarias bipartidistas. En febrero, la administración inició el proceso para anular la redesignación y extensión del TPS para Haití, afectando a más de 520,000 personas haitianas que han construido sus vidas, familias y comunidades en Estados Unidos bajo esta protección.

El TPS para Haití fue redesignado en dos ocasiones desde 2010 debido al empeoramiento sistemático de las condiciones en el país. El terremoto de 2010 tuvo un impacto devastador en un país ya golpeado por la pobreza y el conflicto armado. El asesinato del presidente en 2021 agravó aún más la crisis política, que ya se había intensificado tras el cierre de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) en 2017. En 2024, más de 5,600 personas murieron a causa de la violencia de pandillas, se registraron más de 300 linchamientos y alrededor de 280 personas fueron ejecutadas sumariamente por la policía. A medida que la situación empeoraba, los presidentes Obama, Trump y Biden redesignaron el TPS para Haití. Estas redesignaciones no han sido un factor de atracción para la migración haitiana, como lo afirmó la propia secretaria Noem. 

Terremotos y violencia han obligado a las personas haitianas a huir, y conforme a la letra y el espíritu de la ley, tres administraciones —incluida la primera del presidente Trump— concluyeron, tras una evaluación cuidadosa de las condiciones del país, que el TPS era una respuesta legalmente obligatoria. Esta decisión no solo revierte ese precedente, sino que también falla en cumplir con el espíritu y la letra de la ley. Contrario a afirmaciones engañosas, el TPS no ha sido un incentivo de migración; la migración ha sido impulsada por la violencia y los desastres naturales que obligan a las personas a huir para salvar sus vidas.

Poner fin al TPS para Haití desestabilizará a cientos de miles de familias, desgarrará comunidades y pondrá vidas en grave riesgo. En lugar de despojar de protección a poblaciones vulnerables, Estados Unidos debe cumplir con sus compromisos humanitarios e invertir en soluciones a largo plazo que promuevan la dignidad humana y la seguridad. El gobierno afirma que la situación ambiental en Haití ha mejorado y que las personas pueden regresar. Sin embargo, la realidad en Haití es una crisis compleja de derechos humanos y de emergencia humanitaria. El retorno es imposible.

Alianza Americas condena esta decisión irresponsable que amenaza la vida y seguridad de más de 520,000 familias. Haití y su pueblo enfrentan desafíos complejos y necesitan el apoyo y la solidaridad de los gobiernos y organismos internacionales. Estados Unidos les está dando la espalda y empujando a las personas haitianas en este país a un grave peligro.

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Alianza Americas  es una red transnacional de organizaciones lideradas por personas migrantes en Estados Unidos. Trabajamos para fortalecer la justicia social, la equidad y los derechos humanos en las Américas.