25 de noviembre de 2020 — Nicaragua, Honduras y Guatemala están intentando mantenerse a flote tras el huracán Eta, que tuvo lugar durante la primera semana de noviembre, y Iota, que llegó dos semanas después. Si bien la evaluación de los daños aún está en proceso, las Naciones Unidas estiman que los dos fenómenos meteorológicos provocaron devastación y miseria al menos 5,2 millones de personas, incluidos los residentes de otros países afectados de la región. Estos dos importantes desastres naturales empeoran la situación existente en estos tres países debido a la recesión económica, la emergencia sanitaria como resultado de la covid-19 y la inestabilidad democrática y el autoritarismo que han afectado a Centroamérica durante años.
Nicaragua es el país más afectado por las tormentas. Ambos Eta y Iota tocaron la costa nicaragüense como huracanes de categoría 4. Según el gobierno, Iota era el huracán más fuerte para golpear al país en su historia reciente. Los dos fenómenos devastaron el país Región Autónoma del Caribe Norte, una de las zonas más pobres y vulnerables donde se encuentra la mayoría de la población indígena personas de origen miskito. La situación se ve agravada por la reciente aprobación Legislación sobre agentes extranjeros lo que limita la asistencia económica internacional. Se ha pedido su derogación para que la ayuda pueda llegar a las poblaciones que la necesitan desesperadamente.
El norte de Honduras, principalmente San Pedro Sula, la capital económica del país, también fue devastado por Eta. Las lluvias de Iota tardaron solo unas horas en convertir la ciudad en un isla. El devastación dejaron las cosas como si hubieran salido de una película de ficción, y muchas comunidades quedaron habitables. En medio de la tragedia, crece la preocupación por la riesgo de contratación covid-19 y otras enfermedades graves como el dengue. Al igual que en Nicaragua, Honduras ha estado sumida en la inestabilidad política desde el golpe de estado de 2009 contra el gobierno de Manuel Zelaya y el gobierno fraudulento reelección de Juan Orlando Hernández en 2017. El empeoramiento de la situación económica se refleja en los flujos de migrantes que huyen hacia»caravanas» en busca de seguridad.
Guatemala enfrenta la crisis humanitaria de estos eventos climáticos con una nueva crisis política. Mientras las comunidades afectadas por las inundaciones y los deslizamientos de tierra intentan sobrevivir a la tragedia, el gobierno de Alejandro Giammattei, que llegó al poder en enero pasado, se enfrenta a una situación masiva protestas tras la aprobación del presupuesto de 2021. Según las quejas de la sociedad civil, el presupuesto beneficia a los empresarios a expensas de lo que necesita la población, afectada por la pandemia de la covid-19. Al igual que en los demás países, las personas más afectadas por Iota y Eta son las históricamente excluidas indígena y unafrodescendiente poblaciones.
El impacto de estos desastres naturales, que aún se está evaluando, será de largo plazo consecuencias en todos los países de Centroamérica. Por ejemplo, El Salvador no sufrió el impacto directo de las tormentas, pero sufrirá consecuencias climáticas tan importantes pérdidas en la agricultura y la ganadería. Existe la preocupación de que, en ausencia de una respuesta humanitaria clara y de soluciones duraderas, la situación actual provoque un éxodo masivo de personas y familias que han perdido sus hogares y medios de subsistencia. Debemos permanecer vigilantes, no solo para que la ayuda humanitaria de emergencia llegue a las personas necesitadas, sino también para que los gobiernos implementen políticas públicas y asignen presupuestos para abordar las desigualdades a medio y largo plazo. Por último, como migrantes latinoamericanos organizados, pedimos al gobierno de los Estados Unidos que implemente una política exterior destinada a apoyar a Centroamérica basada en dos componentes: primero, ayudar y proteger a las poblaciones que más necesitan asistencia económica y, segundo, adoptar nuevas designaciones de Estatus de Protección Temporal (TPS) para los países afectados para que las personas en los EE. UU. puedan trabajar y mantener a sus familias y comunidades. Centroamérica lo necesita.
Alianza Américas, Hispanic Federation y Presente.org han unido sus fuerzas para apoyar a las víctimas de Iota y Eta en Centroamérica. A través del Fondo de Ayuda para Centroamérica, apoyamos a las organizaciones aliadas de la región que prestan asistencia humanitaria a los afectados. Puedes apoyar este esfuerzo haciendo una donación. Obtenga más información sobre las organizaciones de confianza con las que trabajamos en nuestro campaña página web.