Chicago, IL - El 23 de junio, la Corte Suprema de Estados Unidos se pronunció sobre una solicitud de suspensión de una medida cautelar. Con una mayoría de 6 a 3, decidió suspender la medida cautelar a la espera de la decisión del recurso, sin dar ninguna razón. Las juezas Sotomayor, Kagan y Jackson disintieron, afirmando que en situaciones tan graves como esta, era preferible pecar por exceso de precaución. No se puede exagerar la gravedad de la decisión de la Corte Suprema; que otorga a esta administración el poder de expulsar por la fuerza a inmigrantes a países en los que no hay supervisión ni rendición de cuentas sobre el trato que reciben, poniendo sus vidas en peligro.

Alianza Americas lamenta la decisión de la Corte Suprema, que no protege a individuos que enfrentan peligros sin precedentes bajo una Administración que considera las deportaciones como una herramienta para el tratamiento inhumano y un castigo. Una deportación es la decisión administrativa en virtud de la cual se expulsa a un no ciudadano de un país y, en la mayoría de los casos, se le devuelve a su país de origen. Excepcionalmente, una persona puede expresar su temor a ser devuelta a un país. El asilo y la Convención contra la Tortura están concebidas para proteger a las personas de amenazas a su vida, integridad personal y libertad personal. Además, la legislación estadounidense estableció la Retención de Deportación como una protección adicional para garantizar que ninguna persona sea enviada a un país donde corra peligro.

Alianza Americas reitera que las deportaciones no son sanciones penales, sino un proceso legal utilizado cuando una persona no cumple las condiciones para permanecer en un país. Como tales, deben estar sujetas a un procedimiento administrativo que garantice el derecho al debido proceso. Las deportaciones no son ni deben ser castigos permanentes de desaparición forzada o detención indefinida en un tercer país, donde nunca han estado o donde no tienen vínculos familiares o comunitarios.

Las decisiones de la Corte Suprema dan a la Administración Trump otra arma para deshacerse de los seres humanos que no se ajustan a sus deseos de un país supremacista blanco. Ninguna persona debe ser enviada de manera arbitraria, bajo ninguna circunstancia, a cualquier país dispuesto a aceptarlos. El gobierno de Estados Unidos no debería tratar de deportar a individuos a un tercer país donde su vida, seguridad y libertad personal están amenazadas.  Es una acción inhumana y anula el propósito de una deportación. La gente merece la oportunidad de luchar contra su deportación y defender su caso. Además, es más probable que los inmigrantes se queden donde tienen familia, comunidad, oportunidades para ganarse la vida e integrarse en el país.

Ante violaciones graves y complejas de los derechos humanos, el Tribunal Supremo de Estados Unidos debería haberse puesto del lado de las víctimas potenciales.

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Alianza Americas  es una red transnacional de organizaciones lideradas por personas migrantes en Estados Unidos. Trabajamos para fortalecer la justicia social, la equidad y los derechos humanos en las Américas.

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