Alianza Americas condena enérgicamente los intentos de Trump de desmantelar el Departamento de Educación, una institución clave en la protección del derecho a una educación de calidad para todos los estudiantes en EE.UU.
El jueves 20 de marzo de 2025, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva pidiendo al Secretario de Educación que tome todas las medidas posibles para preparar y, en última instancia, eliminar el Departamento de Educación. Esta medida, además de ser peligrosa e irresponsable, pondría en riesgo la capacidad de las escuelas para atender a millones de estudiantes, especialmente quienes cuentan con menos recursos.
Contrario a los argumentos de la administración Trump, los estados ya tienen la mayor parte del poder sobre su sistema de educación pública, incluyendo el plan de estudios, estándares académicos, y la decisión completa sobre cómo dirigen sus sistemas de escuelas públicas. Sin embargo, el Departamento de Educación es fundamental para garantizar que todos los estudiantes, sin importar su origen, tengan acceso a una educación equitativa y de calidad. Este ataque no se trata de reducir la burocracia o consolidar el gobierno. Es un ataque con el intento de debilitar las protecciones y los derechos de los estudiantes en situación de vulnerabilidad.
Creado en 1979 bajo la administración del presidente Jimmy Carter, el Departamento de Educación tiene como misión:
En esencia, su propósito es proteger los derechos civiles de las niñas y niños en situación de vulnerabilidad y las minorías.
Las leyes de los derechos civiles han sido fundamentales para garantizar la igualdad de oportunidades en la educación. Algunas de las más importantes son:
Las leyes y decisiones judiciales posteriores reforzaron muchas de estas protecciones y, en algunos casos, aportaron importantes aclaraciones. Un ejemplo es Plyer vs. Doe, una importante decisión de 1982 emitida por la Corte Suprema que garantiza a los estudiantes el acceso a la educación pública gratuita sin importar su estatus migratorio.
Estas acciones ponen en riesgo derechos fundamentales y afectan directamente a los estudiantes más vulnerables.
Antes de su creación, los esfuerzos para hacer cumplir estas leyes procedían principalmente del Departamento de Justicia. Sin embargo, con el tiempo, el Departamento de Educación se convirtió en un pilar esencial para proteger los derechos civiles de los estudiantes en situación de vulnerabilidad y mejorando la educación pública. Por este motivo, condenamos cualquier intento de socavar la labor y la eficacia de la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación.
Actualmente, esta oficina tiene más de 12 mil casos abiertos relacionados con quejas sobre racismo, discriminación de género, discriminación o barreras para estudiantes con discapacidades y otros problemas críticos. Evidentemente, un motivo de fondo en estos ataques es el intento de Trump y su administración de desmantelar las leyes y medidas que protegen y promueven los derechos de grupos históricamente marginados, como personas afroamericanas, latinas, mujeres y personas con discapacidades. Todo ello se refleja en los intentos de desmantelar y prohibir programas de diversidad e inclusión y programas para aumentar la equidad social.